Pongamos por ejemplo que transitas por el velado tiempo de la
Infancia. Por ejemplo, que hay niños de todos los confines durmiendo
Sobre huérfanos destellos, comiendo sin mesura a pedazos el hambre,
Caminando sin rumbo hacia el espejo cóncavo de la ausente memoria.
Inevitablemente te veras reflejado en un salobre torrente de pupilas,
Sabrás, entonces, del secreto dolor que causa el desamparo.
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