domingo, 18 de abril de 2010

Nana para dormir
a un niño sordomudo

Cuando la voz no alcanza
para dormir a un niño,
utiliza el lenguaje del amor.

Haz que tus ojos se conviertan
en palomas y que su vuelo azul
cercene la barrera del silencio.

Moldea con tus manos
sonajeros de risas
y juega con tus dedos
a los cinco lobitos.

Procura que tus labios
sean manantial de besos
y humedece su frente
con sutiles caricias.

Cuando la voz no baste,
regálale sonrisas,
abrazos y ternura.

Con eso es suficiente
para dormir a un niño…

Y cuando esté soñando,
susúrrale,
susúrrale una nana.

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