lunes, 12 de abril de 2010

Nana para un niño ciego


No quiere dormir mi niño,
quiere otear horizontes
para atrapar con sus manos
cometas, nubes y soles.

Sus ojos en la penumbra
buscan la raya del alba.
Todo lo anega su llanto
con una tristeza amarga.

Son sus sueños lagrimitas
que van surcando la noche
para escapar del destino
de esa oscuridad sin nombre.

¡Cómo me hieren, tesoro,
esos pájaros de agua
que anidan entre tus ojos
cuando asoma la mañana!

Como un manantial que brota
de las lunas de mi espalda
fluye el sueño de tus ojos
y se queda en mi garganta.

No hay comentarios: