lunes, 10 de mayo de 2010

Nana para un huerfanito


En el hospicio no hay cunas
ni madre que te consuele,
sólo niños huerfanitos
y tristeza en las paredes.

Niños de sonrisas yertas
y de miradas amargas,
como soles de mercurio,
así se vierten sus lágrimas.

A través de la ventana
se está colando la luna,
y son sus rayos de lirios
ramilletes de ternura.

Duérmete, cariño lindo,
aunque no te canten nanas,
ni te abracen, ni te besen,
ni te ofrezcan esperanzas.

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